DÁMARIS MULERO

Nací en Alicante, una ciudad de la comunidad Valenciana, muy conocida por su clima soleado y bañada por el mar.

Soy la pequeña de cinco hermanos, cuatro chicas y un chico, ellos son de lo mejor que me ha pasado en la vida. Con ellos aprendí mucho.
En casa la música ha tenido siempre un papel principal, y crecí escuchando melodías, nuestra hermana mayor, cada noche nos cantaba canciones espirituales, mi madre cantaba himnos, junto con mi padre que tocaba el acordeón y dos de mis hermanos tocan guitarra. Así empecé a amar la música, a enamorarme prácticamente de ella, y ya de bien pequeñita comencé a practicar yo sola con la guitarra con las instrucciones que mi hermano me daba.

Para mi la música se convirtió en la forma de comunicarme con Dios y los demás, siendo sumamente tímida y muy introvertida ella hizo salir lo que había en mi interior.
Conocí al Señor con nueve o diez años, mi hermana mayor me habló del plan de salvación, del sacrificio de Jesús en la Cruz. Nunca olvidaré ese momento, como Dios entró en mi vida, le pedí perdón y me llenó de paz, de amor y de gozo.

Con once años ya sabía tocar la guitarra y tocaba en mi iglesia,
El pastor de entonces, Stefan Saporiti, mi cuñado. Tuvo un papel principal en mi vida, porque el me ayudó a desarrollar mis dones, con su entusiasmo por cada canción que componía, y su apoyo espiritual que me daba.
Un día mientras meditaba en Dios, en quien era y lo que era para mi, compuse mi primera canción, no tenía más de once años, se titula “quien eres tú”.

Cuando tenía catorce años hicimos un proyecto musical juntos con más músicos de mi iglesia, entre ellos Stefan, y algunos más. El cassette se llamó Sabbeca, fue una época muy bendecida y disfrutamos mucho como grupo sirviendo al Señor. Por desgracia el grupo se diluyó por diferentes motivos, algunos nos cambiemos de ciudad y no pudimos continuar con más proyectos.

Durante muchos años estuve sirviendo en Iglesias en la alabanza y la adoración, y para mi era mas que suficiente, pero en mi corazón sentía que debía hacer algo más, sentía que Dios quería que llegara a más personas, a quienes necesiten de sus palabras y de su consuelo. pero las situaciones que vivía me alejaba de cualquier proyecto que me venía a la mente. Pero ese llamado no me dejaba, y no había día que no lo sintiera. Dios sabía lo que había en mi corazón, y sabia cuando era el tiempo perfecto.

un día ví un anuncio en una red social, del talentoso productor Israel Amador, un productor ubicado en Valencia. Desde el primer día que tuve contacto por teléfono con el productor Israel Amador, supe en el espíritu que era de Dios. Israel junto con su esposa Ruht, produjeron un precioso Disco “que el cielo sea diferente” donde están ocho canciones que Dios me ha dado la dicha de componer, sacadas de mis experiencias con Él.